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domingo, 23 de diciembre de 2012

TRÁNSITO

El sol y el mar rebosaban de agua y fuego
El aire envolvía en su tibieza
El esplendor del nardo, de la violeta,
Del geranio, del clavel y la azucena,
Era un suspiro galante la brisa
Y una algarabía el fluir de la savia
En los árboles que no morían de tristeza
Que hundían sus dedos en la tierra.

¡Como se borraron tantas huellas
Del tiempo del gozo y la pureza!

Fue solo un instante
En que la eternidad
Nos permitió rozar su corteza,
Transitamos sin equipaje
Reconociéndonos a tientas
Sabiéndonos desde antes
Que la palabra definiera
Los lindes de la inocencia.

¡Como temer la soledad del caminante
Si desde entonces estás en el aliento del aire
En el transito de ada instante!

(José M. Huete García. Diciembre 2012)

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