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martes, 22 de abril de 2014


ATREVIMIENTO

Nunca me atreví
a dejar que, verso a verso,
mis sueños tejieran
un nido en el firmamento,
donde tus negros cabellos
sean manto que me cubre,
tan largo y profundo
como la noche,

donde tus ojos sean fuego
de luceros jinetes,
que cabalguen entre los pliegues
de las atormentadas
soledades que me hieren.

No han de ser precavidos
ni pudorosos latidos,
los que revientan en mis venas
el acelerado pulso
de mi sangre,
aún feraz y nutriente
de mil sueños prohibidos,

es indómito el deseo
que subvierte al mismo cielo,
en auroras boreales,
en arco iris encendidos,
tras la cópula que consagra
como lujuria
el vértigo de lo eterno.

Dejemos que el cielo se derrame
que el abismo mas profundo
que nos separe
sea el de la lluvia y el trueno
cuando se hacen la corte
para que un nardo nazca
implorante,
y el reino de las flores
se proclame.

(José M. Huete García. Abril 2014)

D.A.R.

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