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martes, 1 de abril de 2014

HORAS VIRTUOSAS

A esta noche
se le ha parado el pulso
de las sinrazones,
se le ha abierto
una pulcra grieta
al silencio,
por donde se atisban
impolutas luces
como alógenas  virtudes.

Hay tanta mesura,
tanta templanza
en la luminosa luciérnaga,
tanta quietud
en la lasciva caricia de la luna,
tan erecta la llama
en la no consumada virginidad
que me ilumina.

Es tan prudente
el paso del reloj
que maca las horas de la cordura,
que llena de pausas
la intranquilidad de mi mente,
que hace tan tenue
el lamento que transita
el laberinto de mis soledades,
el abismo de la locura.

Que fortaleza han de tener
mis ojos fervientes,
cuando apareces
tan gélida,
tan equidistante,
tan perfecto el edelweiss
que florece en tu frente
para no creer,
que eres parecida a la muerte.

Que justa
ha de ser el alba
cuando peco por impaciente,
cuando sé que
he de estar alerta,
si una voz con cara de ángel
me dice que la pasión
ha de tener plastificada sonrisa
para ser elegante, elegante.

Volveré a saludar el día
con el canto intransigente
de los ruiseñores,
con la frenética elocuencia
del relámpago,
con la ansiedad que florece
en la acera invidente,
donde la virtud se intuye
como lazarillo rebelde.

(José Huete García, Marzo 2014)

D.A.R.

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