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viernes, 4 de abril de 2014

LA ÚLTIMA VOZ

Cuando el corazón
es solo una oquedad,
por donde desaguan
los sueños
cansados de esperar.

El tiempo una anécdota
esférica,
que ya solo llega puntual
para, con respeto,
dar sepultura
al día que se gastó
sin comenzar.

Las horas son como olas
desmemoriadas,
que una y otra vez
dejan la tenue huella
de su fugacidad.

Cuando el alma
ya vaga desnuda,
descreída,
hasta el ignorado
punto cenital
donde nada reclamará.

Emerge entre la bruma
como un susurro,
como un suspiro,
como un murmullo,
como orgasmo virginal,
las palabras mas dulces
que haya oído.

¿Por qué te vas, sin esperar
que llegue el tiempo
en que te he de amar?

¿Acaso estás obligado
a creer, sin preguntar,
que estás mas acá
que la eternidad?

(José M. Huete García Marzo 2014)

D.A.R.

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