DE LA MAR
He aprendido tantas cosas de la mar
A tantas preguntas me ha respondido
mientras fue mi compañero
Y juntos
acostamos a los luceros encendidos
de sentimiento
Que en la superficie
todo es reflejo de lo profundo
Que la voz no ruge
por un caprichoso abrazo del viento
Porque la ira
es cuando se agita por dentro
Que entre la pleamar que lo sube
y la bajamar que lo reduce
no hay cadencia que persista
si un corazón se queda en silencio
Que a veces sus olas
tejen frágiles puntillas
que adormecen el mediodía
Y a veces su grandeza orgullosa
se deshace sin quejido en la orilla
Que es de sensualidad
la azul planicie
que evanescente se ondula
Que es femenina la tempestad
y también ese ir y venir
que tanta virginidad aparenta
y tanta lujuria áspera de sal oculta
He amado a esa mar
que la verdad de amar me enseña
Y le dediqué mis sueños
que siempre fueron de espuma
Y una caracola
guardiana de los silencios
de la irremediables locura
de imaginarte libre del cuerpo
(José M. Huete García. Diciembre 2015)
D.A.R.
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