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martes, 13 de noviembre de 2012

A CONTRACORRIENTE

Todo estaba escrito en un libro,
Con letras grabadas a fuego,
Las tapas rejas de acero,
Y las palabras un relato prohibido.

El azar ejercía de enemigo,
Con la escopeta bien cargada,
La navaja bien afilada,
Para un asesinato sin motivo.

Una línea recta hasta el infinito,
Marcaba pasos obligados,
Sueños siempre censurados,
Por un decreto que decían divino.

Hasta el aire estaba medido,
No cabía en el susurro de la brisa,
Ni un atisbo de sonrisa,
Ni el rumor de un gemido atrevido.

Nuestros labios eran de espino,
Nuestras miradas pétreas sombras,
Nuestras manos caricias inocuas,
Y nuestros sexos pútridos lirios.

A contracorriente,
Barquitos de papel abandonados,
Así nos amamos,
Así nos soñamos.

¡No hay pasión a la que cerque para siempre
Un imposible dictaminado!


(José M. Huete García, Noviembre 2012)

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