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domingo, 10 de noviembre de 2013

A LAS DOCE DE TU NORTE

Algo me impide
volver a darle cuerda al reloj
que necesito,
para anudarme a esta tarde
amodorrada y triste

No es miedo
a un caminar infinito
entre sombras amenazantes,
de azarosas noches
de amarte en silencio.

No es el vuelo de la cometa
que atado me tiene
al onírico aire sin dueño,
cuando mis brazos
añoran tu talle.

No es el peso de los párpados
agobiados de matices
de blancos alhelíes,
cuando no te encuentro
en los rojizos jardines.

Es que ya son pocas
las horas, que sin pesares
me quedan para buscarte,
y en el exacto norte
encontrar tus doce.

Y mientras tanto,
que largo es el tormento
de tanta agónica espera,
que lento se hace rescoldo
este ocaso del fuego.

(José M. Huete García. Noviembre 2013)

D.A.R.

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