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jueves, 2 de enero de 2014


ALEGATO CONTRA  LA  ASEPSIA

Hay una paloma que su arrullo calla,
una rama se quebró en el árbol,
una cría perdió su nido,
a su madre está llamando.
triste es la agonía de su hambre,
un viento malsano le trajo el llanto.

Una espiga está vacía de grano,
el sol es oro fundido y amargo,
sedientos están los surcos,
se agrieta el corazón del labriego,
ya no es húmeda su Primavera,
sin sabor a pan se está quedando.

Que fugaces son las sombras
que trazan caminos en el asfalto.
Que brillantes los zapatos
tan inmaculados de barro.
Tan asépticas parecen las manos,
que del dolor están a resguardo.

De quién es la fría daga asesina,
que con saña está arrancando
el latir de la esencia de lo humano.
Quien escribe ese impune decálogo,
en cuyo primer mandamiento
enmudece al corazón desarraigado.

Es en los pétalos de una flor
donde palpita mi ser apasionado.
Con el salitre sabor de los mares
tus labios me están besando.
En el libre vuelo de la golondrina
siento que te estoy amando.

Rompamos las cadenas
de la sutil esclavitud de lo inocuo.
Que el viento, si es de tormenta
en la piel del alma deje huella,
si brisa amodorrada  de ocasos
que pinte de violeta un poema.

(José M. Huete García. Enero 2014)

D.A,R,

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