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sábado, 31 de mayo de 2014

NOCHE DE AUSENCIA ATORMENTADA

Que difícil es
no apercibirme del vuelo impertinente
de ese abejorro
que me atormenta
Que se posa
en los lindes de mi conciencia
y otra vez se aleja

Es una sombra negra
que motea y agita el aire
que me rodea
El impaciente pecado
de no poder olvidarte
De no creer que te has marchado

Ya no quedan elegantes mariposas
en el valle
Ni florecen orgullosos girasoles
desafiando el ardor de soles insolentes
Ni la huella que deja
en mis dientes el sabor de tu hambre

Queda una noche interminable
Desnuda su boca de sonrisas
Sus ojos ya no son promiscuas lunas
con la primicias de una promesa
de humedades inagotables
de palabras inconfesables

Sé que ya no es posible
cerrar la puerta
a un ángel de las tinieblas
Ni encender fogatas en mi lecho
para ahuyentar de mi corazón
balbuceos de sueños  amordazados.

(José M. Huete García. Mayo 2014)

D.A.R.

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