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domingo, 17 de agosto de 2014

DECRETADO EXTERMINIO

Me pregunto
con la meticulosidad del trashumante
Por qué al final del desierto que transito
no hay un oasis para descalzar mis pies
Sino el inicio de un abismo
que solo permite traspasarlo
a quien cree estar sobre un escenario

Sé que a veces basta una gorra ladeada
un nariz de plástico y una bofetada
para ser el payaso preferido
El contrasentido mas aplaudido

Que a los bueyes no hay que hablarles
para que no dejen de caminar de frente
Que un caballo blanco a ojos de un niño
puede batir alas de Pegaso
Y un larvado sentimiento ser mariposa
cuando se desnuda en beso nocturno

Que a veces puede ser equivoco camino
el que anduvo incansable
quien en búsqueda del Grial
hizo votos de soledad y tormento

Que no hay teatro que de tanta lágrima
no sea su tentación ser circo
Ni tren que de tanta fe se abarrote
que engañe al expectante peregrino
Cuando en amodorrado “tran-tran”
cree llegada campos de cegados girasoles

Mas que oculta el sol como misterio
Que tras la luz hay  sombra de soledades
Que tras la calidez de su abrazo
oculta el decreto de exterminio
Para los que en rebeldía pretenden
obligada melancolía regresar a Paraíso.

(José M. Huete García. Agosto 2014)
D.A.R

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