Se escandaliza el tiempo
por tanta espera
Porque ocupo toda la acera
donde son resbaladizos los sueños
Soy mendigo y pedigüeño
a la puesta de salida
de tu misericordioso sentimiento
No tengo horario laboral
ni reloj en mi muñeca
solo millones de horas dispuestas
a verte pasar
Sé de la flor del cactus
que por siglos como cenizas
esparce sus espinas
sobre la misma arena
Sé de los caminos sediciosos
que brillan
en oscuros vericuetos
Y solo al son de la palabra
dicen la verdad
Que la esperanza es como tu
que si te pregunto
siempre estás viniendo
Si te repudio
el cielo me acusa con su dedo
(José M. Huete García. Septiembre 2015)
D.A.R.
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