UN NENUFAR EN EL REMANSO
A la vida le guardo
los espacios del agua limpia
La de los médanos
aún no transitados de la memoria
El suave rumor del cañaveral
que dócil se inclina
ante el sentimiento
que atardece con la brisa
La placidez del remanso
donde solo el nenúfar
se adormece en su letargo
A la muerte le niego
el oscuro placer del tormento
El poder de seducirme
por el martirio
de los besos no dados
Le niego que en ella
las horas vayan capitulando
y contra su fe me levanto
Porque tu me estás amando
Porque en mi mar
estás navegando
Y me juraste que nunca mas
mi sentimiento se esparciría
como restos del naufragio
¡Ay amor!
Que la campana de la alborada
está sonando
Y escucho
como se aproximan tus pasos
mientras en mi piel
ya te estoy rezando
(José M. Huete García. Enero 2016)
D.A.R.
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