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miércoles, 27 de noviembre de 2013

CALIMA

Amanece otra vez,
despacio
desesperadamente lento,
sobre el camino angosto
donde peregrinar
se hace eterno.

Se empeña la luz
en taparse con velos,
en insinuarse
tras esa celosía
que impide al verbo
hacerse gorrión en vuelo.

Una maraña
de pesarosos grises,
alzando desde el asfaltado hueco
del pensamiento
la pegajosa bruma
del sentimiento.

Se hace tan pequeño
el paisaje de mis ojos,
el navegar de mi manos
sobre el destello apagado
de tu cuerpo
que diluye el deseo incierto.

Amanece otra vez
con paso tan lento,
que no me queda mas remedio
que abrochar mi desnudez,
y resguardarla
tras un silencio escéptico.

(José M. Huete  García, Noviembre 2013)
D.A.R

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