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lunes, 25 de noviembre de 2013

IMPLORANDO

Buscarte entre la niebla es mi tragedia,
hallarte en mi sombra mi victoria,
saber de tus caminos el laurel que me premia,
reconocer tu mirada en el guiño
de esa estrella que en la noche me ciega
sentirme imprudente dueño de la gloria.

¡Qué puedo hacer si es designio de un dios,
que juguetea con la vida y la muerte,
como el áspero viento
con la liviandad de las hojas ,
que cuando te pienso estés tan cerca
y cuando te siento es cuando te alejas!

Mienten las palabras lanzadas al aire,
no son suspiros que vuelen insurgentes,
ni heridas liberadas del supurar de la mente,
son las átonas campanadas
de los santuarios donde reza el silencio
crédulo e impasible en la espera paciente.

¡Que puedo hacer si amate en plenilunio
es gravitar en un escolástico imposible,
y sentirte caricia en la brisa es tenerte
en un sueño que a la razón repele!

Me duelen los labios de tanto llamarte
cuando un beso impaciente
rechina de dolor entre los dientes,
me duelen los nudillos de las manos
de tanto alzar el puño airado
si gastar toda mi fe me tocó en suerte.

(José Huete García. Febrero 2013)

D.A.R.

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