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lunes, 25 de noviembre de 2013

CUANDO ERES COMO LAS OLAS

Como odre abierto por el centro,
como acequia antes de la lluvia,
como botella caída al suelo,
así queda mi corazón vacío
cuando a cada amanecer te acercas,
y al ocaso te das la media vuelta.

Es tormento contemplar a cada noche,
como aparecen las estrellas
sin que en tus ojos pueda encenderlas,
como a la playa llegan las sirenas
con sus cantos promesas de amor,
sin que tu seas una de ellas.

Es frío y metálico el reloj
que va desgranando el tiempo
con la pausada cadencia de las olas,
es tan infinito cada instante
de esa algazara de las sombras
cuando hasta tu eco se aborta.

Hay un miedo como de moho
que se ciñe a mis caderas,
una ambigua sequedad
reptando mi garganta,
que ahorca vivas las palabras,
y hace mustias las plegarias..

Cada noche navego mil océanos
sin bordes,
tan tersos como mis soledades,
tan lejano se va el horizonte,
que temo ya no tener fuerzas
para al alba volver a encontrarte.

(José M. Huete García. Noviembre 2013)

D.A.R.

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