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sábado, 1 de septiembre de 2012

LA HORA DE LOS DIOSES PEQUEÑOS.

Galeote no quiero ser

en la nave de sueños ajenos,

quiero ser timonel,

en la que navega por el mar aquietado

de mi tiempo ya quebrado.

Ulises, ya no es victorioso guerrero

en este trayecto.

Ítaca, ya no es playa de nostalgia,

la utopía se adormació

y ya no sueña despierta.

Hay historias que cuentan marineros

borrachos de soledad

en los puertos.

Dicen que nunca hallaron paraisos

porque ya no existen sirenas,

que curen heridas

de batallas perdidas.

Dicen que Polifemo,

solo era pastor cuidando su rebaño,

que nunca perdió

ninguno de sus dos ojos negros.

¡Hasta osan decir

que Troya nunca existó,

que todo lo inventó

un navegante de tierra adentro!

Pero estoy cierto,

que tu eres Penélope,

que beso a beso

tejes mi sueño,

que ya no habrá batalla

ganada ni perdida,

porque en ti toda espera

cumple su tiempo.

¡Que no hay realidad excéptica,

solo la hora de los dioses pequeños!

(José M. Huete Garcia, septiembre 2012)

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