AMOR AÑEJADO
Amor,
Ahora que el tiempo pasa
Con ese vuelo bajo
Con que la memoria se posa
Con la tenacidad del liquen,
En las grietas abiertas
En la corteza del árbol
Que ya no quiere ser bosque.
Y sus hojas añejas
Toman ese color cárdeno
Que anuncia su muerte…
Ahora, que las palabras
Ya no nombran las cosas
Poeque el t¡empo las hace
Iguales unas a otras,
Que, una tras otra, van perdiendo
La dimensión de su nombre,
Para ser solo una sensación inane,
Sin mas valor cuantificable
Que estar donde siempre…
Ahora. Amor,
Cuando brotan a raudales
Las añejas soledades
Que a ti me crucifican,
Con clavos tan sólidos
Que hasta el alma me traspasan,
Y urgan en mi mente
Hasta encontrar la raiz mas profunda
De la tristeza que late
en la lancura de mis sienes...
Ahora.
Es cuando siento
Que grande era al caudal
De tanto sentimiento
Que de pasión inundaba
El fluir de los instantes
Y que extrecho el cauce
Por el que se viene el recuerdo,
Hasta esa plácida laguna,
Donde la ternura es ese leve suspiro
La piedra que cae en su centro
Y la agita en circulares olas,
Y la locura...
¡Contarlas de un en una!
(José M. Huete García, Agosto 2012)
Cuando el espíritu palidece ante lo irresoluble de la realidad, que nos castiga y amedrenta, la palabra teje ese manto que nos protege, que nos abriga, que nos devuelve a las horas de la inocencia, LA POESÍA. Aquí me encontrareis desnudo de equipajes inservibles, transpirando los sentimientos mas esenciales de mi devenir. Con mis dolores de parto, con mis alegrías rescatadas con la inmensa potencia del lenguaje mágico que surge en la espera interminable de saberme entero e indestructible.
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