EL VUELO DE UN GORRIÓN INOCENTE
¡No me equivoco yo,
Se equvocan las circunstancias!
Qué lleno de fé, gritaba,
Por todas las esquinas,
Por las calles y plazas,
Cuanta inocencia intacta,
Sin mancha, le quedaba,
Con qué fuerza su savia
Libre circulaba,
Desde la raíz hasta las ramas,
Virgen aún, del atroz látigo
Del desencanto,
Del miedo y su acechanza…
Y el tiempo hizo su trabajo,
Y el verde trigo,
Se hizo pan comido,
Y la gota de lluvia
Mar profundo,
Y el Sol hizo su camino
Hasta el ocaso…
¡Así sucedió y así os lo cuento!
Y hoy, lo he vuelto a encontrar,
Atrapado en la esquina
De un camino desconocido,
asomando en su mirada
un corazón acobardado,
mientras impávido
dejaba que sus pies
se amarraran al asfalto,
y con sus oídos atronados
del silencio ingrávido
con que murmura la vida
las palabras sin espacio
del vivir en el espanto…
¡De no saber nunca
Si esa ola del tiempo
Que a la playa arrastra…
Es la del final.
O la del comienzo!
Y un infinito susurro,
su silencio atronaba:
¡Ya no hay esperanza que me redima
La perdí en esta maldita partida
Donde el azar impera entre los dados!
¡Solo cuando queda desnudo
Hasta el aire que se respira,
Se puede asumir la derrota,
y mirar hacia atrás sin ira!
Así sucedió y asi os lo cuento…
(José M Huete, Junio 2012)
Cuando el espíritu palidece ante lo irresoluble de la realidad, que nos castiga y amedrenta, la palabra teje ese manto que nos protege, que nos abriga, que nos devuelve a las horas de la inocencia, LA POESÍA. Aquí me encontrareis desnudo de equipajes inservibles, transpirando los sentimientos mas esenciales de mi devenir. Con mis dolores de parto, con mis alegrías rescatadas con la inmensa potencia del lenguaje mágico que surge en la espera interminable de saberme entero e indestructible.
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