SUEÑO EQUINOCIAL
Hoy el mar se ha vestido de azul
y delicadas cenefas blancas,
en sus ojos la celestial
profundidad de la mas bella luz,
sus labios coral los adornados..
Hoy has venido en una tenue brisa
de sal y lejanías,
por el camino sin hollar
de la playa de arena blanca,
vestida de tu desnudez de gala.
Hoy has venido con el alma
abierta de par en par,
y en mi piel has dejado escritas
todas aquellas palabras
que como olas se agitan en mi alma.
He sido gaviota sin amarras
para en el mar de tu mirada
pecar destellos del alba.
Una a una las rompí,
las que me ataban
a una pena de sal preñada.
Y te amé como el viento
ama a la palmera,
ceñido a tu cintura.
cimbreando tus ansias
desde la raíz a la copa mas alta.
Y en ese momento equinoccial
en que el sueño se despereza.
y pronuncia su despedida,
te llevaste el secreto mas puro,
la última rosa que guardaba,
con ella te entregué
los restos de mi inocencia.
Se quemó el día en exceso de soles,
vino la noche de apagdas pavesas,
mas, quedaron perennes tus huellas
en la arena blanca
de la playa por donde viniste.
(josé M. Huete, Mayo 2012)
Cuando el espíritu palidece ante lo irresoluble de la realidad, que nos castiga y amedrenta, la palabra teje ese manto que nos protege, que nos abriga, que nos devuelve a las horas de la inocencia, LA POESÍA. Aquí me encontrareis desnudo de equipajes inservibles, transpirando los sentimientos mas esenciales de mi devenir. Con mis dolores de parto, con mis alegrías rescatadas con la inmensa potencia del lenguaje mágico que surge en la espera interminable de saberme entero e indestructible.
Cuántas imagenes bellas eres capaz de provocar con tus palabras,... me trasnportan...
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