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martes, 7 de agosto de 2012

ECO Y REFLEJO
Quizás, somos cantos rodados del mismo río,
gotas de la misma lluvia melancólica y cristalina,
donde todo se inicia.

Quizás, seamos surcos arados
en el mismo tiempo de cenizas,
granos de trigo de la misma espiga,
pan amasado por las mismas manos,
hambre de la misma memoria
no escrita.

Uvas del mismo racimo amargo,
restos de la misma botella vacía
antes de que fuera bebida.

¡Quizás, seamos despojos
de la misma vida!

Quizás el mismo dios
escribió el destino
en la palma de nuestras manos
en el ángulo oscuro
De nuestros espantos.

Quizás somos restos del mismo naufragio
de lo prescrito,
el mismo trazo fugaz
del horizonte,
la efímera pirueta
de alguna golondrina
de su nido perdida,
el parpadeo del girasol
en las horas tristes de soles.

Quizás, solo seamos el rumor
del ancestral abismo
oculto en el vientre de la caracola
que en la playa muere
guardando el secreto,
de por qué el deseo es como las olas
que nacen de sal embravecidas
y en espumas dulces se amansan
para volver a cabalgar la misma brisa
con que el tiempo agoniza.

Quizás, solo somos dos instantes
entre el azar y el cálculo de probabilidades,
que se encontraron
trasgrediendo las leyes,
para copular frenéticos
en una pasión insaciable.

¡Quizás, ya solo somos
el eco de lo que fuimos,
el reflejo amarillento
del mismo espejo!

Quizás, solo somos
lo que nunca fuimos,
o, quizás, solo somos
el misterio inescrutable
que el silencio descifra
en la inexorble espera
de lo inevitable.

¡Quizás, solo seamos la lágrima
de la azucena ultrajada
por un colibrí atormentado!

¡Quizás,
solo existamos en ese linde
entre el tiempo prohibido
y un acorde de la nada!

(José M. Hete García, Julio 2012)

1 comentario:

  1. Quizás solo seamos el producto de la imaginación de un dios que nos desmenuza y juega a unir piezas sin seguir ningún patrón...quizás.....

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