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lunes, 6 de agosto de 2012

EPITAFIO

Te he visitado esta mañana

Desnudo de olvidos

Vestido de otoños apesadumbrados

Apoyándome en el bastón

De los recuerdos ya rancios

Cabizbajo

Ensimismado

De soledades hasta el hartazgo

Vacío el zurrón

De aquellos panes blancos

Bendecidos

Entre tus senos de alabastro

Piedra blanca

Tallada a golpe de poema

A la sombra de mi tristeza

Equidistando la proximidad de tu boca

La lejanía de tu alma

Absuelta de todo llanto

Incorrupta

En su virginidad

Del surco ya arado

Sembrado

Enraizado

Indisoluble en el barro

De los pies descalzos

De sentimientos desfallecidos

De los sentidos abotargados

Con la fe prometida

Candente en tus ojos

Caducada en los abrojos

El ciprés perdió su sombra

Acunándote en los veranos

Adormeciendo los espantos

Las rosas blancas

Se secaron

Las rojas

En el viento

Dejaron tu rastro

Un crisanremo

Redactó el epitafio

El que decía:

"No hay tumba que sepuelte el olvido

Ni sueño bien enterrado."

(José M. Huete García, Agosto 2012)

4 comentarios:

  1. Ese final de pleura rota, de pulmón ancho que respira, el aire que le queda y todavía, sueña con bien soñar...con dar todo de si....Una belleza, José Huete...

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  2. "No hay tumba que sepulte el olvido
    Ni sueño bien enterrado."

    Excelente poema Mi Poeta!!

    Besos.
    Flor

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  3. Esos últimos versos encierran toda la belleza del poema, tal epitafio, condensando la vida en un instante....
    Bellísimo...

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