NO HAY CAMINOS EN EL MAR
Qué irrenunciable es
Esta mirada sostenida
Sobre ese mar horizontal,
Que mi pequeño mundo
En vertical lo contiene.
Adivino en su línea final
Linde imprecisos
De lo que de ti
Me pertenece,
Apenas el borde
De un presagio
De azul celeste.
¡Soy gaviota atada
Al límite de lo posible!
Es gris esta mirada
Sin mas cercanía
Que este sabor a sal
Que en mi reseca boca
Te hace obvia, la marea,
Cuando el tiempo de tenerte
Es espacio entre ola y ola.
Hay una imperceptible
Brisa, que en mis manos deja
Espumas de lejanía
Cuando el mar vomita
Ese profundo sentimiento
Que de rojos corales
Viste su voz inacabable.
Implacable es
El tiempo y sus distancias,
La corta para tenerte
La larga para soñarte.
¡No hay caminos en el mar
Solo estrellas en el horizonte!
(José M. Huete, Mayo 2012)
Cuando el espíritu palidece ante lo irresoluble de la realidad, que nos castiga y amedrenta, la palabra teje ese manto que nos protege, que nos abriga, que nos devuelve a las horas de la inocencia, LA POESÍA. Aquí me encontrareis desnudo de equipajes inservibles, transpirando los sentimientos mas esenciales de mi devenir. Con mis dolores de parto, con mis alegrías rescatadas con la inmensa potencia del lenguaje mágico que surge en la espera interminable de saberme entero e indestructible.
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