MATICES DE TRISTEZA
Amor,
hoy tengo que contarte,
que el Sol ha cubierto su cara
tras una máscara de sombras,
que entristeció su mirada
una alborada arrepentida.
Que las olas del mar son mansas
no tienen prisa,
y su caminar es el de la melancolía.
Habré de disculparme,
si esto que aquí te cuento
es solo una apreciación mía,
si es que estoy triste
porque esta noche no viniste,
y en el corazón, la nostalgia
ha encontrado su nido.
O, si, es que siento
que la alegría no es remedio,
para aplacar ese dolor
que en el tiempo de la pasión
como enredadera
crece desde las raíz del alma
hasta la copa de los sueños.
Que es solo un pretexto,
un simple protocolo
para no mirarla a los ojos,
cuando la muerte reclama
su parte ineludible,
porque su derecho está escrito
cicatriz a cicatriz,
en el nudoso tronco
del árbol de la vida.
2012)
(José M. Hete. Julio 2012)
Cuando el espíritu palidece ante lo irresoluble de la realidad, que nos castiga y amedrenta, la palabra teje ese manto que nos protege, que nos abriga, que nos devuelve a las horas de la inocencia, LA POESÍA. Aquí me encontrareis desnudo de equipajes inservibles, transpirando los sentimientos mas esenciales de mi devenir. Con mis dolores de parto, con mis alegrías rescatadas con la inmensa potencia del lenguaje mágico que surge en la espera interminable de saberme entero e indestructible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario